|| Mary Cruz Barrios
Afectados exhortaro a las autoridades a tomar medidas inmediatas para resolver la crisis eléctrica y “aliviar el sufrimiento de la población”
Las prolongadas interrupciones en el suministro eléctrico generan un impacto negativo en el estado de ánimo de los ciudadanos, situación que, según la opinión de los propios afectados, ha desmejorado la calidad de vida, al causar ansiedad y molestia.
En atención a las constantes denuncias recibidas por esta situación, el equipo de El Periodiquito realizó un recorrido por varias comunidades de Maracay, entre la que se encuentra el popular sector San Agustín, donde el servicio eléctrico es interrumpido varias veces al día.
Iris Cardona, habitante de la calle C del mencionado sector, aseguró que esta lamentable situación afecta la salud mental de miles de personas.
“Vivimos en zozobra total por culpa de la falla en el servicio eléctrico. Además, nos estamos quedando sin electrodomésticos. Esta situación nos mantiene en constantes cambios de humor y lo peor es que no hay una respuesta efectiva por parte de las autoridades competentes, cada vez son más las horas sin el servicio, generando un gran caos social”.
Por su parte, Pedro Olmedo dijo que los cortes de luz perjudican a todos por igual. “Aquí no se salva nadie. En un día puede haber hasta tres cortes diarios, en otros casos hasta 78 horas a oscuras, irregularidad que causa desesperación y descontento”.
Félix Fuentes Salazar, en representación de las personas que habitan en la zona, manifestó que diariamente enfrentan dificultades para realizar las tareas básicas como cocinar, mantener alimentos perecederos en buen estado, iluminar los hogares, ver TV o simplemente mantener encendidos los aires acondicionados. “La falta de información por parte de Corpoelec agudiza esta situación”.
En otras comunidades, no sólo denuncian que las interrupciones del servicio han aumentado de tres a más de cuatro horas, sino que desde hace algunos días comenzaron los cortes en horas de la madrugada. “No respetan ni el sueño de las personas, de verdad es que nos tienen desesperados”, comentó Isabel Ledezma de Piñonal.
LA HIPÓTESIS
Para el ingeniero Nelson Hernández, hay dos términos que se deben tomar en cuenta y que son estándares mundiales: la pobreza energética y la seguridad energética. Asegura que el gobierno no puede garantizar, a plenitud, las necesidades energéticas de la población venezolana.
“Venezuela, hoy, con todos los racionamientos energéticos por los cuales atraviesa (electricidad, GLP, diésel, gasolina, etc.) sufre inseguridad energética. Pero lo que sí debe quedar claro, y aunque suene como un trabalenguas, es que, si la inseguridad energética no es atendida, se convierte en pobreza energética”, dijo.
PÉRDIDAS ECONÓMICASEl economista y fundador del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), José Guerra, desmenuzó los problemas que genera un servicio eléctrico precarizado para Venezuela y que dan paso a un efecto recesivo. “Los cortes eléctricos significan, evidentemente, un menor crecimiento del PIB. Las plantas se apagan, disminuyen las ventas porque los negocios tienen que cerrar. Eso tiene un efecto recesivo en la economía”, sostuvo. La economía es un todo y los problemas que afecten a un sector, acaban por tener repercusión en otro de la cadena productiva. Es por eso que los problemas energéticos perjudican incluso a la industria petrolera, de la cual el sistema económico venezolano es dependiente. Sin una mejora en este ámbito, la producción encontrará dificultades para mantener un crecimiento progresivo. El exdiputado a la AN también hizo énfasis en que el problema no quedó en 2019, sino que ha tenido repercusiones cada vez que la actividad se paraliza debido a los constantes apagones. Según estimaciones de la OVF, los cortes de electricidad durante todo 2020 generaron una pérdida de aproximadamente $7.000 millones ese año. |
