La falta de desayuno provoca fatiga y pérdida de energía. Si no ingieres la primera comida es muy difícil que después cubras tus necesidades nutricionales diarias.
Pero, ¿por qué es tan importante desayunar? Al despertarse, el organismo viene de un largo período de ayuno, aproximadamente de 8 a 12 horas y necesita reponer las energías que ha consumido durante la noche.
El cuerpo necesita energía y nutrientes para que el metabolismo se activa, puede controlar el apetito y cumpla mejor sus funciones diarias.
A pesar de los beneficios que aporta el desayuno, existen personas que, para perder peso, se saltan esta comida.
Sin embargo, terminan compensando esta ausencia de alimentos en la noche, sobre todo con carbohidratos, generando el efecto contrario al que querían lograr.
Ventajas de tomar un buen desayuno
1 Mejora el rendimiento físico y escolar.
2 Ayuda a mantener un peso corporal normal.
3 Mejora la concentración y el comportamiento.
4 Aumenta el rendimiento y la productividad en el trabajo.
5 Te permite mantener un buen crecimiento y desarrollo.
6 Contribuye a tener un buen estado de salud.
Seis errores que no debes cometer
No saber elegir los carbohidratos: recordemos que estos se dividen en dos categorías: simples (harinas blancas, azúcar de mesa, etc.) y complejos (cereales integrales, vegetales verdes). Estos últimos son los que se debes elegir para la primera comida del día, ya que tardan más en digerirse pero no elevan los niveles de azúcar en la sangre.
Consumir demasiada sal: es una de las causas principales de trastornos como la retención de líquidos y problemas de circulación. Debes evitar los alimentos procesados, grasas vegetales y embutidos pues sobrepasan los índices recomendados de sodio.
Olvidar las proteínas: las proteínas son nutrientes esenciales que favorecen la formación de masa magra. Ingerirlas a esta hora del día aumenta la sensación de saciedad y participa de forma activa en el incremento del rendimiento físico y mental.
No incluir vegetales ni frutas: de acuerdo con las recomendaciones dadas por la Organización Mundial de la Salud, toda persona debe ingerir por lo menos 400 g de vegetales y frutas al día. El desayuno suele ser una hora bastante apropiada para incorporarlos, porque así se aprovecha su fibra, antioxidantes y demás nutrientes.
Ingerir poco líquido: al levantarse, el cuerpo pierde una cantidad significativa de líquido y sales minerales con la orina, lo que produce cierto grado de deshidratación. Por ello, es bueno tomar antes del desayuno alguna bebida natural como un jugo, una taza de té o agua tibia con limón.
Comer poco: un café con un par de galletas no aportan los nutrientes que necesita el cuerpo para activar sus principales funciones. Esa escasez se traduce en horas posteriores en mayor sensación de hambre.
Con información de Diario 2001