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jueves 5, septiembre 2024

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La enfermedad reversible que se confunde con Alzheimer y Parkinson

A primera vista, síntomas como los mencionados podrían sugerir un problema cerebral, y la demencia parece ser una explicación probable. Sin embargo, en muchos pacientes, estos malestares están relacionados con una causa diferente: el hígado.

La encefalopatía hepática, aunque poco conocida, ha comenzado a captar la atención de los especialistas, preocupados por la falta de diagnósticos adecuados y el posible incremento de casos en el futuro debido al aumento de la obesidad y otras enfermedades metabólicas.

La buena noticia es que esta condición, que afecta las capacidades cognitivas, es reversible con ajustes simples en la rutina y el uso de ciertos medicamentos.

Más común de lo esperado

Un estudio reciente, publicado en The American Journal of Medicine, revela que la encefalopatía hepática es más prevalente de lo que se pensaba. Investigadores de la Virginia Commonwealth University y el Centro Médico de Asuntos de Veteranos de Richmond analizaron datos de 68.807 pacientes diagnosticados con demencia entre 2009 y 2019. Utilizando la prueba FIB-4, que evalúa la salud del hígado, descubrieron que el 12.8% de estos pacientes mostraban signos de cirrosis, lo que sugiere que podrían estar padeciendo encefalopatía hepática.

El doctor Jasmohan Bajaj, uno de los autores del estudio, explica que más de la mitad de los pacientes con cirrosis desarrollan algún grado de encefalopatía hepática, lo que implica que muchos diagnósticos de demencia o Parkinson podrían estar relacionados con problemas hepáticos no detectados a tiempo. Bajaj también relata que varios casos de personas diagnosticadas erróneamente con enfermedades neurológicas se resolvieron completamente al tratar el problema hepático subyacente.

El papel del hígado

El hepatólogo Raymundo Paraná explica que la encefalopatía hepática se produce cuando el cerebro se intoxica con sustancias que el hígado, al estar enfermo, no puede metabolizar correctamente. En condiciones normales, el hígado filtra estas toxinas y las elimina del cuerpo, pero cuando está dañado por virus, grasa o alcohol, este proceso falla, y las sustancias tóxicas, como el amoníaco, llegan al cerebro, afectando funciones como la memoria, el razonamiento y la atención.

Diferencias con la demencia clásica

La doctora Sonia Brucki, especialista en neurología, destaca que la encefalopatía hepática tiene una evolución más rápida que la demencia clásica, que se caracteriza por un deterioro progresivo de las funciones cognitivas. En casos avanzados de encefalopatía hepática, los pacientes pueden experimentar letargo, confusión mental, pérdida de control de esfínteres y temblores en las manos, síntomas distintivos de esta condición.

El desafío radica en detectar los casos más sutiles, donde los pacientes no presentan los signos físicos más evidentes, lo que puede llevar a diagnósticos erróneos. En estos casos, pruebas adicionales como un electroencefalograma o estudios de imagen pueden ayudar a confirmar la presencia de toxinas en el cerebro.

Cómo revertir el deterioro cognitivo

Curiosamente, la solución para la encefalopatía hepática no solo pasa por el hígado, sino también por el intestino. Una de las principales fuentes de amoníaco, la sustancia que intoxica el cerebro, es el sistema digestivo, donde bacterias lo producen en grandes cantidades. El tratamiento, por lo tanto, se centra en evitar que el amoníaco llegue al cerebro.

Esto se logra, en parte, previniendo el estreñimiento, ya que este favorece la proliferación de bacterias productoras de amoníaco. Medicamentos como la lactulosa ayudan a evacuar estas bacterias a través de las heces, mientras que otros fármacos, como la rifaximina, se utilizan para controlar la población bacteriana en el intestino.

Además, algunos diuréticos y medicamentos que se metabolizan en el hígado pueden aumentar la producción de amoníaco, por lo que puede ser necesario ajustar su uso para prevenir complicaciones. Una dieta baja en proteínas también es recomendada para reducir la acumulación de esta sustancia en el organismo.

Un problema en aumento

El doctor Paraná advierte que, con el envejecimiento de la población y el aumento de enfermedades crónicas y degenerativas que afectan el hígado, la encefalopatía hepática podría volverse más común. También señala que el uso inadecuado de medicamentos, el abuso de alcohol y el aumento de la obesidad y enfermedades autoinmunes contribuyen al deterioro hepático.

Es fundamental que los pacientes se sometan a pruebas de detección básicas, como análisis de sangre y ecografías, para evaluar la salud de su hígado, ya que muchas enfermedades hepáticas, como la cirrosis, pueden ser silenciosas hasta etapas avanzadas.

En resumen, aunque la encefalopatía hepática es una afección relativamente común, su diagnóstico oportuno y tratamiento adecuado pueden revertir por completo el deterioro cognitivo en la mayoría de los casos.

Con información de El Regional del Zulia

 

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