Los efectos que desencadenan el envejecimiento han sido estudiados por varios años, ya que es uno de los temas más relevantes en la salud. Durante décadas, una teoría reinante en el universo científico explicó que el envejecimiento surge de una acumulación de cambios en el ADN, que con el paso del tiempo impiden que los genes funcionen correctamente.
Este proceso a través de los años genera fallos en el funcionamiento celular, por lo que los tejidos y los órganos se deterioran, lo que lleva a la enfermedad y, en última instancia, a la muerte.
En los últimos años, diversos estudios han propuesto nuevas teorías y han expresado que las alteraciones del ADN no son la única explicación.
En ese sentido, el doctor David Sinclair, profesor del departamento de Genética y codirector del Centro Paul F. Glenn para la Biología de la Investigación del Envejecimiento en la Escuela de Medicina de Harvard, plantea una idea revolucionaria: el envejecimiento no es un proceso inexorable.
El experto es conocido por su trabajo para comprender por qué envejecemos y cómo frenar sus efectos. En los últimos 15 años ha centrado su investigación principalmente en las sirtuinas, enzimas que responden a niveles cambiantes del ADN y a la restricción calórica con intereses asociados en la cromatina, el metabolismo energético, el aprendizaje, la memoria y la neurodegeneración.
Uno de sus últimos descubrimientos, logrado tras diez años de investigación, es la enzima TET, que, según apunta el doctor Sinclair permitiría revertir el envejecimiento cutáneo.
El envejecimiento como enfermedad curable
Sinclair considera que debemos repensar la forma de concebir el envejecimiento ya que, sostiene, el envejecimiento no es inevitable.
Para el doctor Sinclair no se trata de un proceso natural y habitual, sino que debe ser abordado como una enfermedad y, entonces, desde esa perspectiva puede ser tratado con distintas terapias, o más aún, podría curarse.
“No hay ninguna ley en biología que diga que debemos envejecer. No sabemos cómo detener esto, pero estamos mejorando para reducir la velocidad. Y, en el laboratorio, pudimos revertir el proceso”, contó.
En una reciente entrevista, el experto señaló que cuidar la piel sería una de las claves del antienvejecimiento junto una buena nutrición a base de verduras.
Qué factores aceleran el envejecimiento
“Lo peor que se puede hacer es fumar, porque las toxinas rompen el ADN, lo que acelera el envejecimiento”, apuntó el especialista.
En cuanto a la ingesta calórica, recomendó comer tres veces al día y alejarse de la mala costumbre del “picoteo” durante el día, porque entonces el cuerpo “está en modo abundancia, no supervivencia. Engañar al organismo haciéndole creer que está en tiempos difíciles, con ayuno y ejercicio, es la manera idónea para sentirnos mejor”, afirmó.
El genetista resaltó que un aspecto que definitivamente acelera el envejecimiento es el estrés: “El pelo gris es un ejemplo, el estrés produce canas. Eso sí, si se frena, el pelo vuelve a su color natural, porque según estamos estudiando, el envejecimiento es un proceso reversible. De hecho, en mi laboratorio trabajamos en un champú que revierta las canas”.
Con información de Primicia