El nuevo primer ministro de transición de Siria aseguró que la coalición dirigida por los islamistas, que derrocó a Bashar al Assad, “garantizará” los derechos de todos los grupos religiosos, y pidió a los millones de sirios que huyeron que regresaran al país. .
“Precisamente por ser islámicos garantizaremos los derechos de toda la población y todas las confesiones en Siria”, aseguró Mohamad al Bashir, recién nombrado y al frente de un gobierno de transición hasta el 1 de marzo.
La alianza rebelde que puso fin el domingo a medio siglo del clan Al Asad en el poder en Siria está liderada por el grupo islamista radical Hayat Tahrir al Sham (HTS), antigua rama siria de Al Qaida. El movimiento asegura que rompió con el yihadismo pero sigue en la lista de “terroristas” de varios países occidentales, incluido Estados Unidos.
En la entrevista con el diario italiano Corriere della Sera, publicada el miércoles, Bashir instó a los sirios en el extranjero a regresar para “reconstruir” y hacer “florecer” el país, donde sunitas, alauitas, cristianos y kurdos cohabitan con dificultad.
“Vuelvan”, insistió el dirigente, después de que varios Estados, como Alemania, Austria o Reino Unido, decidieran suspender los procesos de solicitudes de asilo de ciudadanos sirios.
Abu Mohamad al Jolani, jefe de HTS, que lideró la ofensiva rebelde lanzada el 27 de noviembre, reiteró el miércoles que “no se perdonará a quienes están implicados en la tortura y eliminación de los presos”.
El partido Baaz, del derrocado presidente Al Assad, anunció que suspender sus actividades hasta nuevo orden.
Decenas de personas esperaban este miércoles en el puesto fronterizo turco de Oncupinar, cerca de Gaziantep, para entrar en Siria, buscó un corresponsal de la AFP.
Rusia, aliado hasta ahora del poder derrocado, quiere ver la situación de Siria estabilizada “lo antes posible” y criticó a Israel por sus recientes ataques aéreos contra el país vecino.
El OSDH indicó que Israel bombardeó el miércoles sitios militares pertenecientes al ejército del puesto Assad en las provincias costeras de Latakia y Tartus.
Con información de AFP