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Los ejércitos ruso y bielorruso comenzaron ayer las maniobras militares de 10 días en Bielorrusia, en medio de las tensiones entre Rusia y los países occidentales sobre Ucrania y los esfuerzos diplomáticos que se llevan a cabo para desactivar la crisis.
El desplazamiento de soldados fue inmediatamente denunciado por la presidencia ucraniana como un medio de “presión psicológica” del gobierno ruso, que ha concentrado desde noviembre más de 100.000 soldados en la fronteras con Ucrania, reseñó AFP.
El ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian, calificó las maniobras como “un gesto de gran violencia”, mientras que el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, dijo que representan un “momento peligroso” para la seguridad de Europa.
En visita a Moscú, la jefe de la diplomacia británica, Liz Truss, pidió a Rusia que retire las tropas desplegadas en la frontera con Ucrania para iniciar una desescalada. Su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, consideró “incomprensible” la preocupación de los países occidentales por las maniobras en Bielorrusia.
En la víspera de las maniobras, el ejército ruso difundió un video que muestra sistemas antiaéreos S-400 apuntando sus misiles al cielo desde un campo cubierto de nieve en la región de Brest.