Durante la Cumbre Virtual Extraordinaria de Jefes de Estado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el presidente de la República, Nicolás Maduro, anunció que ordenó el cierre de la embajada de Venezuela en Ecuador, así como de los consulados en Quito y Guayaquil, hasta que se restituya el derecho internacional de manera expresa en ese país.
Afirmó que Venezuela apoya la propuesta de México de expulsar a Ecuador de las Naciones Unidas hasta que se disculpe con la comunidad internacional por el asalto a la embajada de México y el secuestro del exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, y restituya la situación a su estado legal original.
Asimismo, manifestó que la posición de Venezuela es que el exvicepresidente Jorge Glas debe ser restituido a la embajada de México, “reconocerle el asilo político, darle el beneplácito y viajar a México a recuperar su salud física de las torturas”.
“México no está solo, tiene la voz de nuestra América acompañándolo”, afirmó al resaltar que Venezuela se suma plenamente a México para apoyarlo en su demanda ante la Corte Internacional de Justicia. Maduro aseguró que no existe ninguna duda de que la acción del mandatario de Ecuador, Daniel Noboa, “decidida por él, de asaltar el territorio de México, su embajada, de golpear, apalear a su personal diplomático ante la vista del mundo, en vivo y directo por las redes sociales, de capturar, amarrar, torturar al exvicepresidente Jorge Glas, ha sido un acto de barbarie, hoy condenado por el mundo entero”.
MANDÓ A SU CANCILLER
Dirigiéndose a la canciller ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld, Maduro dijo “¿usted ha pensado que su nombre va a quedar grabado y manchado por el resto de su vida por este acto de barbarie?. El presidente Daniel Noboa debió haber dado la cara hoy frente a toda América Latina y el Caribe, debió haberse presentado él y asumir su responsabilidad frente a Ecuador, la región y el mundo, y no ha dado la cara”.
El presidente consideró que las declaraciones que ha dado Noboa, más que un acto de provocación contra México, son un acto de provocación contra el Derecho Internacional y es un desprecio absoluto a todo el entramado jurídico.
