|| David Marcano Duarte || Foto DMD
El tránsito con este tipo de vehículos, así como de patines y monopatines no se permite en el referido icono de la ciudad
La plaza Bolívar de Maracay fue considerada desde el mismo momento de su inauguración (1930) como la más grande de América del Sur.
Este espacio forma parte de un conglomerado de inmuebles denominado “Complejo Cívico-Militar Simón Bolívar” donde destacan el antiguo Hotel Jardín, Cuartel Páez, la plaza Páez, entre otros, iconos de la ciudad.
Es lógico pensar que por ser declarada Monumento Histórico Nacional desde el año 1994, tenga normas de convivencia que buscan que sus asiduos visitantes las respeten y hagan cumplir a turistas nacionales y extranjeros con lo establecido.
Entre las leyes de convivencia ciudadana incluyen la prohibición de ingerir bebidas alcohólicas, transitar en bicicleta, jugar pelota, pernoctar e incluso, la vestimenta de los usuarios debe guardar decoro y respeto.
De igual forma, no permiten sentarse en el pedestal que sostiene la estatua de El Libertador, cometer actos indecorosos en el área de las pérgolas y fuentes, ni cometer cualquier acción considerada como falta al respeto del lugar por los organismos de seguridad del estado.
De acuerdo a lo anteriormente expuesto, sólo se permite para los fines de tránsito de bicicletas, patines y monopatines, el área que comprende el bulevar Carlos Escarrá y el tramo de la calle Miranda ubicada frente a la antigua sede de la gobernación del estado Aragua.
Toda el área de la plaza Bolívar de Maracay la resguardan durante las 24 horas funcionarios adscritos a la policía estadal y del municipio Girardot, quienes velan por el cumplimiento tanto de las normas de convivencia vigentes, como de las edificaciones que allí se encuentran consideradas como un bien inmueble de valor histórico y cultural de valor incalculable.