El Bayern Múnich ha recuperado la confianza tras hilvanar cuatro victorias, muy agradecido de aferrarse la Liga de Campeones como la tabla de salvación de una temporada para el olvido.
Los bávaros recibirán su viejo rival Real Madrid en el partido de ida de su semifinal del torneo europeo este martes, cuando el técnico del Bayern Thomas Tuchel prende velas para que su contingente de lesionados se recupere a tiempo.
“Vamos a tener que tomar varias decisiones de última hora”, dijo Tuchel sobre la condición física de Konrad Laimer, Matthijs de Ligt, Dayot Upamecano, Jamal Musiala y Leroy Sané.
Laimer y de Ligt salieron lesionados en la victoria del Bayern ante Eintracht Frankfurt el pasado sábado.
El atacante Serge Gnabry se recuperó de una dolencia muscular y Tuchel aseguró que el alemán no sólo jugará, sino que anotará un gol ante el Madrid: “Va a marcar. No sé por qué lo sé, pero va a ocurrir”, dijo.
Tuchel, quien se marchará del Bayern al final de la temporada por mutuo acuerdo, esquivó referirse a las críticas de Uli Hoeness, el histórico directivo del club, sobre su trabajo con los jugadores jóvenes.
La Liga de Campeones representa la última trinchera del Bayern para poder alzar un trofeo esta campaña, luego que el Bayer Leverkusen puso fin a su reinado de 11 años como campeón de la Bundesliga. También naufragaron en la segunda ronda de la Copa de Alemania ante el Saarbrücken de la tercera división.
RESPETO AL RIVAL
“Tenemos mucho respeto por este equipo, que no ha hecho una temporada fantástica en la Bundesliga, pero que ha hecho una eliminatoria (de cuartos de final) contra Arsenal espectacular. Tenemos que tener en cuenta la calidad, la historia de este club, que es más o menos la historia que tenemos nosotros, y la historia en la ‘Champions’ cuenta mucho”, dijo el técnico italiano Carlo Ancelotti, quien dirigió al Bayern en la temporada 2016–2017.
