El corte de cola de los perros viene desde hace siglos, si retrocedemos en el tiempo se habla del año 40 a.C. Para algunas personas este tipo de práctica la realizaba por cuestiones económicas, otros por status o simplemente estéticos.
Sin embargo hay otros que justifican esta caudectomía como un motivo sanitario para evitar ciertas enfermedades.
Ya sea el motivo hemos visto como esta costumbre se han arraigado, pero esta práctica tiene defensores y detractores.
Actualmente vemos como los dóberman, pitbull o bóxer son las razas que más se le práctica esta intervención quirúrgica.
Ahora bien, hoy expondremos algunas de las razones por la cual no se le debe cortar la cola al perro.
Importancia de la cola
Comunicación
Los perros a través de su cola socializan con otras razas, es una especie de comunicación o código que tienen entre sí.
Expresión
Cuando los perros tienen miedo suelen esconder su cola entre las patas, este es la forma más visible de demostrar ese temor.
Incluso, otra manera de saber que está contentos y felices es el movimiento energético de un lado al otro de la cola.
Huesos
Esta parte del cuerpo de los perros posee un sentido anatómico y funcional. Está compuesta por huesos llamados vértebras caudales que tienen tejidos asociados.
Mantiene el equilibrio
Parte de su función es generar el equilibrio del animal al correr, girar y dar otros movimientos.
Aumento de la agresividad
La amputación de cualquier parte del cuerpo de cualquier mascota puede traer consecuencias al animal e incluso cambiarle negativamente su comportamiento.
Procedimiento quirúrgico
Este tipo de intervenciones quirúrgicas llevan su debido proceso, ya que en esta zona tienen nervios, vasos sanguíneos, cartílagos y piel que cortar.
Las mascotas pasan por un postoperatorio largo, doloroso y con ciertas molestias por lo que el propietario debe tener cuidados extremos para evitar que se infecte la zona.
Por qué si se debería realizar esta practica
Debería hacerla en caso necesario, como fracturas o algún tumor que se presente en la zona.
