El rábano es una hortaliza que generalmente se consume cruda, sola o en ensaladas. También se puede hervir para suavizar su sabor y ofrecer como bocadillo y hasta acompañar otras preparaciones. Sus hojas se consumen cocidas como las espinacas, o en infusiones y guisos.
Incluso, hay quienes le tienen mucha fe, gracias a sus diferentes usos medicinales. Esta hortaliza, por ejemplo, se usa para tratar deficiencias de vitamina C o tratar enfermedades respiratorias y desordenes gástricos.
El rábano, una hortaliza con propiedades medicinales
Esta hortaliza contiene potentes antioxidantes que ayudan a mantener el sistema inmunológico fortalecido, ayuda a curar urticarias, enfermedades de las vías respiratorias y la artritis.
Permite controlar los niveles de glucosa en la sangre, por lo que es un aliado para las personas con diabetes.
También contribuye a la salud digestiva, gracias a que facilitan la digestión por su aporte de fibra.
¿En qué beneficia el aparato digestivo?
Investigaciones al respecto concluyen que el rábano contribuye al buen funcionamiento del aparato digestivo, es capaz de aumentar la flora intestinal y mejora la digestión.
En conclusión, esta hortaliza está considerada como uno de los alimentos más beneficiosos para el aparato digestivo. ¿Por qué? Porque además de abrir el apetito, estimula la producción de jugos gástricos y facilita el proceso digestivo. Regula el tránsito intestinal, evita el estreñimiento y mantiene la flora intestinal en un estado saludable, previniendo numerosas patologías infecciosas.
Cabe acotar que, esta hortaliza aporta otros beneficios a la salud en general:
– Mejora la circulación
– Ayuda a perder peso
– Fortalece los dientes y los huesos
– Evita el envejecimiento
– Reduce la presión arterial
– Desinflama el vientre
– Sacia el apetito
Cuando se utiliza como un tratamiento de manera tópica, permite cicatrizar heridas y aliviar síntomas de quemadura.
De interés
Aunque es un producto natural, está contraindicado en personas que sufran de bocio o de hipertiroidismo, ya que evita que el yodo se absorba correctamente por el organismo.
De igual manera, embarazadas y personas con cálculos biliares deben evitar su ingesta.