Las solicitudes de refugio en México han subido casi 30 % en lo que va de 2023, hasta un récord de 37.606 en el primer trimestre, una cifra que se refleja en el caos y desesperación que viven migrantes en Tapachula, en la frontera sur de México, que concentra más de la mitad de las peticiones.
Desde hace seis meses, Michell Arriaga, una migrante hondureña que viaja con dos hijos pequeños, llegó a Tapachula, donde enfrenta la lentitud de los procesos para la entrega de sus documentos en la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) del Gobierno, además de tolerar la mala atención.
Arriaga, madre soltera con tan solo 23 años, es originaria de Santa Rosa de Copán, de donde huyó por la inseguridad y la falta de oportunidades.
Desde ahí llegó a Tapachula, en el límite de México con Guatemala, donde se ha encontrado con miles de personas de todo el mundo para cruzar el país hasta Estados Unidos.
“Tapachula se puede decir que es el centro donde todo migrante se viene a refugiar y es un incremento, yo creo, diario. Creo es un lugar que está concentrado más de migrantes que de habitantes”, expresó Arriaga.
“Dentro de los que he conocido, (hay) ecuatorianos, colombianos, salvadoreños, hondureños, haitianos y a veces es terrible ver una situación así, que se incremente, y ver que las respuestas de Comar no son efectivas, muchas veces el proceso nos lo alargan demasiado», agregó.
El repunte de solicitudes de refugio de este primer trimestre ocurre después de que México recibió 118.772 peticiones en 2022, la segunda cifra más alta tras la de casi 130.000 de 2021.
Pero la Comar solo ha atendido 7.369 trámites en estos primeros tres meses, menos de una quinta parte del total, de los que un 68 % recibieron una respuesta positiva.
EFE