|| Luis Chunga
Este caraqueño de cuna y maracayero de corazón ha dedicado su vida a despertar la ilusión y la creatividad a través de la narrativa
Sus cuentos han logrado abrir la imaginación de chicos y grandes. Gracias a la literatura infantil continúa llenando el espacio de mentes y corazones que antes estaban vacíos, al lograr sumergirlos en el mundo imaginario para ir “poco a poco” despertando sus almas.
Su objetivo es relatar a través de las emociones, sensaciones e interpretar cada uno de los personajes para estimular la imaginación de los niños, que logran mirar más allá de sus limitaciones.
“Un niño creativo es un adulto que frente a un problema verá miles de soluciones”.
Esto es lo que piensa Edgar Ojeda, caraqueño de nacimiento, adoptado por Maracay, en el estado Aragua.
Es un cuentacuentos nato, con 45 años en escena que hace gala de su habilidad vocacional para contar historias como si estuviera proyectando una película.
“Para ser cuentacuentos lo único que se necesita es tener las ganas de contar historias para que el público, o quien nos escuche, pueda viajar a través de ellas y se le abran mundos”.
A su juicio, la imaginación es lo más mas importante para soñar.
Edgar combina la música con el cuento y tiene buenos resultados.
“Es muy sencillo, incorporo la música a mis historias, hay personas que son más humoristas e incluyen el humor dentro de sus relatos, hay otras que narran de una forma histriónica porque tienen más cualidades para hacer teatro y hay quienes narran sentados, sin moverse y también conmueven”, explicó.
Relató que los cuentacuentos aprovechan los recursos que tienen y dominan.
“Yo nunca contaría un cuento bailando porque no sé bailar, pero he visto gente que narra historias y bailan y lo hacen de una forma genial, ellos no cantarían, pero como yo sí canto por eso lo incorporo durante mis eventos”.
UN TALENTO QUE MIGRÓ
Este artista venezolano tiene dos años y medio viviendo en Colombia, una nación que albergó a un artista que sabe cómo hacer de la vida una gran historia.
“Trabajamos con distintos públicos: Infantil y adulto, en base a temáticas como inmigración, embarazo precoz, la drogadicción, discapacidad, el desplazamiento, todo te obliga a mejorar y estudiar porque para poder contar una historia se debe tener conocimiento de lo que vas a contar”.
Aunque hace gala de un talento admirado por adultos y niños, su especialidad es la población infantil, a la que considera muy exigente.
“Un adulto que ve un espectáculo y no le gusta, siente un compromiso con el artista y lo aplaude, pero un niño no. Si a los cinco minutos no le gusta, inmediatamente se levanta y se va”.
Por eso, este dulce cuentacuentos intenta, no estimular la imaginación, sino la creatividad y la participación.
También es un estratega porque desde la tarima sabe qué hacer para despertar la imaginación, sin que se alborote el público, no improvisa, pero aplica el plan B llamado “cuento instantáneo”.
Ojeda siempre logra que los niños se transporten a sus propias emociones, compara su espectáculo con una especie de montaña rusa porque cuando narra una historia hace que quien oye, pase por varias emociones en minutos.
“Más que llevarlos a un mundo, lo que busca el espectáculo es que descubran sus emociones y las afloren”.
“Cuando a un niño le cuentan la historia de Pinocho, descubre que ser mentiroso es malo y va diferenciando entre lo correcto e incorrecto, mis cuentos no tienen moraleja, porque la moraleja es aburrida, mi mensaje le ayudará a cambiar conductas”.
Por ejemplo, refirió que el espectáculo en el que habla del embarazo precoz, cuenta historias para evitar que las niñas caigan en ese mundo. “Con una que cambie ya la misión está cumplida”.
SEMBLANZA DE UN ARTISTA
Esto es parte del libro de la vida de un cuentacuentos aragüeño de corazón, su vida gira en función de historias diversas, repletas de matices y colores.
En su querida Maracay hizo radio y doblajes.
Aún escribe cuentos que han sido adaptados, obras de títeres y de teatro.
Su talento lo llevó a participar en varios festivales nacionales e internacionales, especialmente en Colombia y Argentina considerados dos países latinoamericanos con más eventos anuales de narración oral.
En Cúcuta realiza presentaciones en las salas concertadas, gracias al apoyo de la Asociación de Salas de Teatro del Norte de Santander, mejor conocido como Asosalas.
A sus 64 años de edad continúa surcando los caminos de un cuentero que hace siempre lo que siente, porque como escribió el cantautor argentino Facundo Cabral: “Haz sólo lo que amas y serás feliz, porque el que hace lo que ama está benditamente consagrado al éxito”.
Para seguirlo se puede encontrar en Instagram como @edgarcuentero.
