|| Agencia AFP
***El papa Francisco terminó ayer con una inmensa misa en Córcega, la primera visita de un sumo pontífice a esta isla francesa del Mediterráneo desde donde pidió por la paz en “todo Oriente Medio” y para los pueblos de Ucrania y Rusia.***
Una semana después de la pomposa reapertura de Notre Dame de París a la que declinó asistir, el jesuita argentino llegó a Ajaccio para una visita de unas horas.
El pontífice argentino, en silla de ruedas, todavía con un hematoma en la cara debido a una caída al salir de la cama hace unos días, pronunció su homilía ante una multitud de 9.000 fieles, obispos y miembros de cofradías.
Una fuente de seguridad indicó que cerca de 17.400 personas siguieron la misa en el lugar, pero también en las gigantescas pantallas desplegadas en la ciudad.
Un 80% de los 350.000 habitantes de Córcega es católico, según el Vaticano. Algunos de ellos, madrugaron para poder ver al papá.
Karine Nicolai, de 50 años, se levantó a las 04H00 de la mañana para tomar un tren. “¡Es fantástico, de verdad, nunca vino a Córcega! […] ¡Es histórico!”, dijo a AFPTV.
En un discurso ante la catedral antes de celebrar la misa, Francisco hizo un llamado para la paz.
“Paz para Palestina, para Israel, para Líbano, para Siria, para todo Oriente Medio”, dijo, así como para los ucranianos y los rusos. “La guerra es siempre una derrota”, insistió el pontífice.
El papa emprendió el regreso a Roma visiblemente cansado y canceló su habitual conferencia de prensa en el avión, por primera vez desde el inicio de su pontificado en 2013.