Agencias Nacionales
A 33% cayó la dependencia de los venezolanos a la llamada bolsa CLAP, según reveló el más reciente estudio realizado por el Observatorio Venezolano de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Ovsan)
En el informe presentado por Delsa Solórzano, se destacó que un estudio similar, realizado en 2022, reflejó que más de 80% de las familias en el país dependía en buena medida de esa ayuda para poder alimentarse.
“Que el CLAP pasara de ser fuente de alimentación de 80% de la población a sólo el 36% es indicativo de un Estado que quiso hacernos esclavos, generar una dependencia absoluta”, dijo.
“Esta no es una buena noticia, por el contrario significa que hay una gran cantidad de ciudadanos que no se está alimentando bien”, alertó Solórzano, quien preside Ovsan.
Consideró que la caída en la dependencia de la otrora caja de comida es producto de la disminución de su distribución y de la “nula calidad de los pocos productos que trae”.
“Hoy ya Venezuela dice que no quiere el CLAP, el país quiere producción nacional y quiere dinero ganado con su trabajo y esfuerzo para poder acceder económicamente a comprar la alimentación que quieren”, detalló.
Resaltó además que el estudio reveló que la mujer es la que sufre mayor inseguridad alimentaria en el hogar.
“La prioridad de la alimentación en el hogar la tiene quien sale a trabajar, cuando el hombre es el que sale, es el que come”.
Dijo que el país está cansado de una alimentación de mala calidad, “además la gente perdió el miedo a decirlo”.
“El país está consciente, hoy más que nunca, de la necesidad de generar los mecanismos y la seguridad jurídica necesaria para que se produzca en Venezuela y para que la calidad en la alimentación aumente”, reseñó la defensora de derechos humanos.
Agregó que según el estudio, los alimentos descompuestos que en ocasiones trae la bolsa, son instrumento de trueque “cambian la bolsa con el vecino que produce platano, por ejemplo”.
Por su parte, la nutricionista Marianela Herrera, reiteró que las mujeres se enfrentan a una mayor inseguridad alimentaria, en comparación a los hombres.
“Esto es un fenómeno que es lamentablemente en Venezuela y Latinoamérica. Las mujeres tienen en este momento la tendencia a ser más obesas porque dejan la calidad de la comida que preparan para otras personas en la casa: hijos o esposo”, indicó.
“Esa obesidad tiene que ver con esta estructura perversa, con este círculo vicioso que tiene que ver con mal nutrición, con pobreza, con falta de educación”, reseñó.
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