La higiene bucal es fundamental para la salud general canina, y al igual que en los humanos, los dientes sanos son clave para prevenir enfermedades y mejorar su calidad de vida.
Cuidar de la salud dental de tu mascota prevendrá la aparición de enfermedades dentales, mejorará su salud general y siempre tendra una boca fresca.
La acumulación de placa bacteriana puede derivar en sarro, gingivitis, periodontitis y otras enfermedades dentales. Estas pueden ser dolorosas y afectar la salud general del perro, incluso llegando a ocasionar la pérdida de dientes.
Al tener una boca saludable, tu canino no solo tendrá dientes fuertes, sino que también reducirá el riesgo de infecciones. Las infecciones podrían afectar otros órganos del cuerpo, como el corazón, los riñones y el hígado.
Y, como todo el que tiene un perro sabe, al jugar con ellos a veces se puede sentir halitosis. Un perro con una boca sana tendrá un aliento fresco y agradable, y se sentirá más cómodo y feliz al comer y jugar.
¿Cómo cuidar la dentadura canina?
Cepillado diario
Es la mejor manera de eliminar la placa bacteriana y prevenir la formación de sarro. Utiliza un cepillo de dientes de cerdas suaves y pasta de dientes específica para perros. Lo ideal es cepillar los dientes de tu perro dos veces al día, pero al menos una vez al día.
Juguetes masticables
Estos juguetes pueden ayudar a eliminar la placa bacteriana y mantener las encías sanas. Elige juguetes duraderos y adecuados para el tamaño de tu perro.
Alimentación adecuada
Una dieta equilibrada y saludable puede contribuir a la salud bucal de tu perro. Evita darle alimentos azucarados o procesados, ya que estos pueden favorecer la formación de placa bacteriana.
Visitas al veterinario
Es importante llevar a tu perro al veterinario para revisiones dentales regulares, al menos una vez al año. El veterinario podrá detectar y tratar cualquier problema dental en su etapa inicial, evitando complicaciones mayores.
Señales de alerta
Presta atención a las siguientes señales que pueden indicar problemas dentales en tu perro:
- Mal aliento
- Dificultad para comer
- Encías enrojecidas o inflamadas
- Sangrado de las encías
- Pérdida de dientes
- Dolor al tocar la boca
