Varios precios de alimentos incluidos en la canasta venezolana se incrementaron por encima de las estimaciones globales anunciadas por el Banco Mundial (BM), de acuerdo a los estudios del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).
El BM informó que la inflación anual de alimentos en Venezuela fue de 318,1% que, junto a la de Argentina (150,1%), es una de las inflaciones alimentarias extremas que se registran en el mundo.
Óscar Meza, director del Cendas-FVM, indicó que de acuerdo a los estudios que realizan, sólo en el mes de septiembre, el aumento en los precios de alimentos se registró en 369,29% con respecto al mismo mes del año 2022.
Subrayó que la subida en precios de alimentos no se genera porque los productores agrícolas sean especuladores, sino debido a factores como la falta de servicios públicos en el interior del país y la ausencia de créditos.
Indicó que el sector agrícola sufre los embates por la falta de luz, agua y combustibles, además de la precariedad en la vialidad y hasta de la corrupción que enfrentan en el trayecto desde los estados productivos hacia Caracas.
LA VARIACIÓN
Varios de los rubros básicos que consumen los venezolanos, registraron un incremento superior a la cifra enunciada por el BM.
Es el caso del queso (602,27%), tomate (628,02%), avena (511,9%), arroz (335,06%), harina de trigo (375,63%), jamón (477,49%), bisctec (404,51%), chuleta (358,82%), atún fresco (486,08), ahuyama (640,27%) y parchita (778,02%).
Aclaró que no se puede hablar de hiperinflación, que se produce, de acuerdo a los parámetros internacionales, cuando la inflación supera el 500%.
Sin embargo, advirtió que el aumento en precios de alimentos contribuye al “malestar social” que ya genera la devaluación de la moneda, la inseguridad y la precariedad de los servicios públicos.