En la cultura popular y en diversas interpretaciones religiosas, el número 666 ha sido asociado con el mal y el diablo. Esta percepción arraigada ha generado curiosidad y debate sobre su origen y significado a lo largo de los siglos.
El fundamento principal de esta asociación proviene de la Biblia, específicamente del Libro del Apocalipsis o Revelación en el último tomo del Nuevo Testamento, según BBC. En el capítulo 13, versículos 17-18, se menciona: ” Y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis”.
Este pasaje se interpreta como una referencia al Anticristo o al mal personificado, cuyo número distintivo es 666. La bestia mencionada simboliza la corrupción y la oposición a Dios. Sin embargo, es importante resaltar que estas interpretaciones son objeto de debate entre teólogos y estudiosos religiosos, con diferentes opiniones sobre la naturaleza exacta de la bestia y su número.
Además de su origen bíblico, el número 666 también ha sido vinculado con el diablo en la cultura popular y en la literatura, donde se utiliza como un símbolo de maldad y peligro. Esta asociación se ha perpetuado a lo largo del tiempo, influyendo en obras artísticas, películas, música y diversas formas de expresión cultural.
¿DÓNDE SE ORIGINÓ?
Como se mencionó mas arriba, el origen preciso de la asociación del número 666 con el mal y el diablo se encuentra específicamente en el Nuevo Testamento, es decir, la Biblia. En el capítulo 13 del Apocalipsis, se describe una visión en la que aparece una bestia que representa el mal y el poder político y religioso contrario a Dios.
Esta bestia, que algunos intérpretes identifican con el Anticristo, es descrita como teniendo un número distintivo: 666. La referencia específica se encuentra en Apocalipsis 13:17-18, donde se menciona que nadie podrá comprar o vender sin tener la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre, que es 666.
666: IMPACTO EN LA CULTURA POP
La asociación del número 666 con el mal y el diablo en la Biblia ha tenido un impacto significativo en la cultura popular, influyendo en diversas formas de expresión artística, literaria y mediática. Aquí algunos ejemplos:
- Literatura y cine: numerosas obras literarias y películas han hecho referencia al número 666 como un símbolo de mal o peligro. Por ejemplo, en la literatura, el libro El Exorcista de William Peter Blatty y su adaptación cinematográfica hacen uso del número en la trama para representar la posesión demoníaca. Del mismo modo, en películas de terror y suspenso, el número 666 a menudo se utiliza para crear atmósferas de miedo y suspenso.
- Música: muchas bandas de rock y metal han incorporado referencias al número 666 en sus letras y simbología. Canciones como Number of the Beast de Iron Maiden o Sympathy for the Devil de The Rolling Stones son ejemplos destacados. Estas referencias a menudo se utilizan para transmitir un sentido de rebeldía o provocación, así como para explorar temas relacionados con el bien y el mal.
- Cultura visual: el número 666 también se ha utilizado en la cultura visual, apareciendo en arte, graffiti, diseño de moda y otros medios visuales. A menudo se emplea como un símbolo visualmente impactante para representar el lado oscuro o demoníaco de la humanidad.
- Videojuegos y medios digitales: en el mundo de los videojuegos y los medios digitales, el número 666 a menudo se encuentra en referencias a elementos de terror, juegos de rol y temáticas relacionadas con lo sobrenatural. Se puede ver en títulos como doom o diablo, donde se usa como un elemento simbólico para enfatizar la naturaleza maligna de los enemigos o las fuerzas con las que el jugador debe enfrentarse.
La creencia de que el número 666 es del diablo tiene sus raíces en interpretaciones bíblicas y se ha perpetuado a lo largo de la historia a través de la cultura popular. Sin embargo, su significado y connotaciones pueden variar según el contexto y las creencias de cada persona.
Con información de El Tiempo
