Al menos seis lactantes murieron en Chile a causa del virus sincicial, un virus para el que no hay vacuna disponible en el país y que prolifera con las bajas temperaturas y cuyo brote ha sido catalogado por las autoridades del país como “el más grande de los últimos años”.
“Estamos en una situación compleja por los virus respiratorios. La complejización de camas es una parte muy relevante para tener los recursos para los niños que tienen un curso más grave”, dijo este miércoles la ministra de Salud, Ximena Aguilera, durante la inspección a un hospital en Santiago.
El gobierno anunció que a partir de este jueves regresa el uso obligatorio de mascarillas para profesores y niños mayores de 5 años en espacios cerrados de establecimientos escolares hasta el término de la alerta sanitaria fijada para el 31 de agosto.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó a comienzos de mayo la primera vacuna contra el virus sincicial o sincitial respiratorio o VRS, pero solo para personas mayores de 60 años. En ese país, el virus causa entre 60.000 y 120.000 hospitalizaciones al año, y entre 6.000 y 10.000 muertes entre personas de 65 años o mayores, según la FDA.
Según el último reporte del Ministerio de Salud de Chile, hasta este miércoles había 92 % de ocupación de camas críticas en los hospitales, tanto en el sistema público como en el privado, y un total de 235 traslados pediátricos desde el inicio de la campaña de invierno. Para los próximos días, los pronósticos tampoco son alentadores: la baja de las temperaturas y otros virus, como la influenza, podrían contribuir a congestionar aún más la red hospitalaria.
