En un comunicado conjunto difundido por la Presidencia de Níger, los tres países, gobernados actualmente por juntas militares, denuncian que la organización regional, de la que forman parte desde hace casi 50 años, les impuso además sanciones “inhumanas” que empobrecieron a sus habitantes.
Con sede en Abuya, Nigeria, originalmente estaba conformada por 15 países con la idea de impulsar la unión económica y monetaria en África occidental y fomentar las relaciones entre sus Estados, cosa que quedó establecida en el Tratado de Lagos.
Su objetivo principal era crear un área de libre comercio, pero, más adelante, en 1993, dados los conflictos de Sierra Leona y Liberia, se amplió el alcance de la organización para prevenir guerras y crear una fuerza militar multilateral.
Con el interés de fortalecer las instituciones democráticas en África occidental la organización diseñó un protocolo desde 2001 que permite sanciones y suspensión de un Estado miembro si se dan cambios inconstitucionales, por lo que han sido suspendidos Guinea, Malí, Burkina Faso y recientemente Níger.
El año pasado, tras el golpe de Estado en Níger, se volvió a plantear la idea de una intervención militar de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, que fue real en los conflictos de Liberia, Sierra Leona y Guinea-Bisáu durante los noventa. Sin embargo, la amenaza de la Cedeao de usar la fuerza en Níger no se cumplió.
Níger, Mali y Burkina Faso, países que enfrentan problemas similares de inseguridad, yihadismo y pobreza, tienen relaciones tensas con la Cedeao, desde que los militares tomaron el poder por la fuerza en 2020 en Mali, en 2022 en Burkina Faso y en 2023 en Níger.
Además, los tres países afirman que la organización regional no los ha ayudado en su “lucha existencial contra el terrorismo” y se han acercado a Rusia, alejándose de Europa, especialmente de Francia, su ex potencia colonizadora que mantenía tropas en la zona y cuya salida han forzado sus gobiernos golpistas.