Además el Gobierno venezolano exige al de Guyana “que detenga la militarización en la zona y se apegue a la legalidad internacional”.
Resulta contradictorio, que hace pocos días, la Embajadora de Guyana ante Naciones Unidas haya expresado que, “El Acuerdo de Ginebra de 1966 es, de hecho, el instrumento jurídico vinculante que prevé la solución de la controversia sobre la validez del Laudo Arbitral de 1899 y la frontera terrestre entre Guyana y Venezuela”, y que hoy el gobierno guyanés lo contradiga, obviando la premisa fundamental de dicho acuerdo, lo cual fue convenido entre Venezuela y el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, antes que la República Cooperativa Guyana existiese.
La República Bolivariana de Venezuela reitera, que no reconoce el mecanismo judicial como medio de resolución de la controversia, ya que éste excluye la naturaleza y objeto del Acuerdo de Ginebra que debe alcanzar una solución práctica y satisfactoria para ambas Partes mediante negociaciones políticas.
La posición arrogante y hostil de Guyana, negando el diálogo y la diplomacia, es el mayor obstáculo para alcanzar una solución en el marco del Derecho Internacional Público. El tutelaje de las empresas transnacionales se ha convertido en un peligroso estímulo a la perturbación de la paz regional y el incumplimiento de las obligaciones internacionales de este país, a esto se suma la conducta temeraria y provocadora de asociación con el Comando Sur de los Estados Unidos de América, para instalar bases militares en la zona en reclamación.
Venezuela denuncia una vez más, que al margen de la discusión de la frontera terrestre, el Gobierno de Guyana ha desplegado una serie de acciones ilícitas para disponer de áreas marítimas que están pendientes de delimitación, otorgando licencias de exploración en dichas áreas. Esta situación ha llegado al extremo de realizar exploraciones, junto a la Exxon Mobil, en áreas marítimas incontestablemente venezolanas.
El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, una vez más, exige al Gobierno de Guyana que desista de la conducta servil a los intereses de la Exxon Mobil, detenga la militarización de la zona, se apegue a la legalidad internacional y se siente en la mesa de negociación, como está obligada por el Acuerdo de Ginebra de 1966 y el Derecho Internacional respectivamente.
¡El Sol de Venezuela Nace en el Esequibo!