Las joyas son un bien muy preciado. Debes cuidarlas y tratarlas con sumo cuidado y delicadeza para que se conserven en buen estado y luzcan siempre hermosas.
Pero si hablamos de joyas con piedras naturales como el cuarzo, el ágata, el jaspe, el jade o la malaquita, el cuidado que le debemos darle es mucho mayor.
Estas piedras naturales suelen ser muy resistentes, pero con pequeños detalles de mala manipulación, podemos dañarlas de forma irreparable. Lo que dejará tu joyería totalmente arruinada.
Por ello, hay una serie de tratos y cuidados especiales que le debemos dar a esas joyas, para que la piedra natural que la adorna no sufra ningún tipo de daño. Así tendrás la piedra natural siempre reluciente y esplendorosa.
Estos consejos son muy sencillos, que si los sigues, tendrás una joya para toda la vida.
Cuidados de las joyas
Para comenzar, debes procurar nunca, pero nunca, dejar caer la pieza, ya que aunque son muy resistentes, la piedra podría quebrarse o agrietarse por el golpe.
Para evitar esto, lo recomendable es guardar este tipo de joyas con piedras preciosas naturales, en joyeros especiales. Los cuales, por lo general, vienen recubiertos en la parte interior con un acolchado -generalmente de terciopelo-. No solo la cuidará mientras no la usas, sino que evitarás que se ralle con el contacto de otras joyas elaboradas con otros materiales.
Si eres de las mujeres que les gusta andar perfumada, ten cuidado. Los aceites y parafinas que contienen los perfumes, pueden comerse el brillo de la piedra. Incluso corroerla, quitándole todo su brillo natural. Lo recomendable es que te coloques el perfume mucho antes de colocarte las joyas. De este modo se secará en la piel y no entrará en contacto con la pieza.
Existe la creencia de que las piedras naturales se deben cargar de energía sumergiéndolas en una solución de agua salina. ¡Error! Piedras como la malaquita, el lapislázuli y la piedra volcánica, son muy porosas. Por ende, podrán absorber cualquier líquido que las toque. Pero no necesariamente la piedra debe ser porosa para dañarse con el agua con sal, o cualquier otro químico que usemos para limpiarla.
Si lo que quieres el cargarla de energía, colócala sobre sal seca una hora, y si lo que deseas el limpiarla, bastará con frotarla con un paño limpio, suave y seco. De este modo evitarás que tu piedra absorba líquidos, se corroa y pierda su brillo natural.
Prevenir antes que lamentar
Siguiendo lo que reza el refrán, es mejor prevenir que lamentar. Cuídalas antes de que ocurra una catástrofe por no cuidarlas adecuadamente a la hora de guardarlas o limpiarlas.
Si no sabemos con exactitud qué tipo de piedra posee nuestra joya, es mejor llevarla a un especialista para que le de el mantenimiento adecuado a la piedra.
Si vamos a hacer los quehaceres del hogar es mejor no tener nuestras alhajas puestas, ya que el contacto con los químicos puede dañarla irreparablemente. Como el uso del cloro, por ejemplo. Ya que este puede causar que las propiedades de los minerales de la piedra se separen, así como también la exposición a una luz muy intensa.
