El presidente del gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, defendió ayer en un debate parlamentario su controversial pacto de amnistía para separatistas catalanes, el día antes de que el líder socialista pida el apoyo del Congreso de los Diputados para formar un nuevo gobierno.
Sánchez ha conseguido el apoyo público de seis partidos más pequeños para asegurarse la mayoría absoluta de 176 votos a favor de reeditar su gobierno de coalición en minoría con el grupo izquierdista Sumar.
La controversia giraba en torno a acuerdos firmados con dos partidos separatistas catalanes, que incluían un compromiso de aprobar una ley de amnistía que eximiría a cientos de separatistas catalanes inmersos en problemas legales por su papel en el intento fallido de secesión en 2017 de la acomodada región nororiental. Los acuerdos incluyen al expresidente regional de Cataluña, Carles Puigdemont, que está prófugo de la justicia española desde su huida a Bélgica hace seis años.
“Vamos a impulsar la convivencia y también el perdón”, declaró Sánchez a los legisladores en referencia a la amnistía.
“En Cataluña y en otros territorios de nuestro país hay ciudadanos y ciudadanas que consideran que estarían mejor siendo independientes. El gobierno de coalición progresista que pretendo encabezar no comparte esa idea. Nosotros estamos convencidos de que una España unida es una España mejor”, añadió.
Sánchez criticó al opositor Partido Popular por su intransigencia ante los separatistas.