|| Rodolfo Gamarra / Fotos: Rodolfo Gamarra/Cortesía
Ayudaba a niños de pocos recursos que se encontraban recluidos en las unidades de terapia intensiva del Hospital Central de Maracay (HCM)
Un personaje muy conocido se encuentra representado en un colorido mural localizado en la esquina del cruce de las avenidas Bolívar y Fuerzas Aéreas de Maracay, municipio Girardot del estado Aragua.
Se trata de Yorman David Martínez, “El Malabarista”, quien durante 15 años realizó su show de destreza con sus manos, para entretener a conductores y transeúntes de la transitada esquina de la ciudad.
Yorman, como era conocido en la zona, se caracterizaba por ser una persona muy apreciada por la comunidad. A pesar de no contar con altos recursos, tenía un comportamiento filantrópico, siempre en pro de los más necesitados y dispuesto a dar lo mejor de sí.
“La muerte solo tiene importancia en la medida que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida.” André Malraux
En sus primeros años se dedicaba a pedir dinero a quienes se detenían en el semáforo, pero luego descubrió sus habilidades artísticas que le generaban mayor ingreso y admiración.
Aprendió malabarismo, algo que no le resultó tan fácil por su condición, pero que la gente valoraba por el gran esfuerzo que hacía.
Dedicaba entre 70% y 80% de lo que recaudaba en su trabajo de calle o por donaciones que recibía, a niños de pocos recursos que se encontraban recluidos en las unidades de terapia intensiva del Hospital Central de Maracay (HCM), a quienes llevaba comida y ropa.
Miguel Sosa, conoció y compartió muchas partidas de ajedrez con Yorman, contó que su vida fue difícil, perdió a su madre muy pequeño y tuvo un padre ausente.
Vivió varios años sin residencia fija, por lo que dormía en la calle, hasta que conoció a Euclides Sanz, quien le brindó apoyo, lo albergó en su hogar y le permitió mirar hacia un horizonte más despejado.
Sanz, conmovido por la bondad de este hombre y su trabajo incansable para ayudar a sus semejantes, lo dio a conocer a través de las redes sociales, con un video que se hizo viral, por lo que de inmediato muchos ya no eran ajenos a la realidad y labor del destacado malabarista.
Su gran energía y ganas de salir adelante lo llevaron a estudiar Matemática en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), en la que según Sosa, “era muy bueno”, pero no pudo terminarla.
El pasado 18 de febrero el telón bajó, el corazón bondadoso de Yorman no resistió. Murió a los 36 años, luego de sufrir un infarto, pocos metros antes de llegar a su casa.
Inspirados en su condición de ayudar al prójimo y su alma noble, Rotaract Maracay, organización sin fines de lucro, se unió a los artistas de Alta Gama Murales, para dejar grabado el rostro de quien aún teniendo poco de lo material, dio mucho de lo que abundaba en él: paz, desprendimiento y verdadero amor al prójimo.
El mejor lugar para este mural es esa misma esquina en la que por años, Yorman entretuvo a conductores y peatones y desde donde obtenía dinero para compartir con los menos afortunados.
