La creación del primer “diccionario alienígena” podría ser una realidad. Esta guía, concebida por un colectivo de 25 académicos, espera ser una herramienta primordial en la preparación para nuestro potencial primer encuentro con seres extraterrestres.
El libro titulado “Xenolingüística: Hacia una ciencia del lenguaje extraterrestre” no surge de la nada. Se fundamenta en siglos de estudios de lenguajes humanos antiguos y comportamientos comunicativos en el reino animal.
Estas investigaciones proporcionan las bases para decodificar posibles comunicaciones intencionadas de otros mundos. Según el doctor Douglas Vakoch, astrobiólogo y editor del libro, la posibilidad de recibir y responder a mensajes extraterrestres durante nuestra vida es un escenario realista
. La iniciativa de Seti (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre), activa durante medio siglo, ha estado monitoreando los cielos en busca de tales transmisiones, y a la vez, enviando mensajes al cosmos.
No obstante, la comunicación interestelar presenta sus propios desafíos. La velocidad de la luz delimita la rapidez de nuestros intercambios, significando que incluso la estrella más cercana requiere cuatro años para recibir y responder a nuestras señales. Vakoch, en una entrevista con la BBC, expresó su asombro y esperanza hacia la capacidad de la vida para el lenguaje y la comunicación, incluso en estrellas distantes.
La cuestión ya no es si la inteligencia extraterrestre existe, sino si podríamos entablar una comunicación significativa con ella. Si los extraterrestres recibieran y entendieran nuestros mensajes, podríamos esperar una respuesta en una década, según el optimismo de Vakoch.
¿Existe la vida extraterrestre?
La existencia de vida extraterrestre aún es uno de los grandes misterios del universo. Hasta la fecha, no hay evidencia concluyente de vida fuera de la Tierra, pero los científicos exploran esta posibilidad con gran interés.
Las investigaciones abarcan desde la búsqueda de microorganismos en planetas y lunas dentro de nuestro sistema solar hasta el análisis de exoplanetas en zonas habitables de estrellas lejanas. La vastedad del universo y la detección de miles de exoplanetas, algunos en zonas donde las condiciones podrían ser aptas para la vida, alimentan la hipótesis de que podríamos no estar solos.