Rodolfo Gamarra
De manera extraoficial se conoció que la necropsia reveló que el pequeño presentó un traumatismo craneal. Los investigadores siguen recabando elementos en la vivienda, ubicada en el barrio Apolo
La muerte de un niño de un año de edad, que fue reportada como un ahogamiento al caer en un tobo con agua, al parecer tomó un nuevo rumbo luego que la necropsia, presuntamente, reveló un fuerte traumatismo en la cabeza. Este caso, que causó consternación en los vecinos del barrio Apolo, en el municipio Santiago Mariño, sigue bajo investigación de los sabuesos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
Como se recordará, este deceso fue reportado el pasado lunes en horas de la tarde en una vivienda del barrio Apolo, cuando el niño de apenas un año de edad, fue trasladado por su madre al Centro de Diagnóstico Integral (CDI) de la zona, donde ingresó sin signos vitales.
Según fuentes extraoficiales, la madre del menor de edad dijo que el niño se había ahogado al caer en un tobo con agua que estaba en la casa, pero esta versión fue contradicha por la autopsia practicada en el Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses, con sede en Caña de Azúcar, en la cual, al parecer los expertos determinaron que el niño murió por un golpe en la cabeza.
Hasta ayer, los expertos en homicidios del cuerpo de investigaciones, esperaban más resultados y sometían a intensos interrogatorios a la madre del pequeño. Se espera que en las próximas horas se produzca un pronunciamiento oficial en torno a este caso, que mantiene en expectativa a los vecinos de esta populosa comunidad de Turmero.
