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martes 10, diciembre 2024

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El MIZA se mantiene a través de autogestión para mantener los ejemplares

|| Glenn Requena / Fotos: Glenn Requena

El presupuesto asignado que tiene este espacio es menos de un dólar, por lo que las mejoras estructurales se logran a través de donaciones  

El Museo del Instituto de Zoología Agrícola Francisco Fernández Yépez de la Universidad Central de Venezuela (MIZA-UCV), es una institución dedicada al estudio de la biodiversidad, convirtiéndose en la más importante de Venezuela y entre las cuatro primeras de Sudamérica. Sin embargo, dependen de diferentes organizaciones debido a la falta de financiamiento del Estado.

José Clavijo, director del MIZA, detalló que este espacio cuenta con más de 3.5 millones de ejemplares. No obstante, la falta de financiamiento impide que haya mejoras estructurales, por lo que deben acudir a donaciones de personas que conocen la importancia de la biodiversidad.

Precisó que el presupuesto asignado no supera un dólar, por lo que se les hace difícil comprar materiales que mejoren tan importante institución.

“Esto es un patrimonio nacional que no se puede perder. Es irrecuperable. Uno puede perder un laboratorio de computación, pero si se pierden las colecciones biológicas no hay forma de que volvamos a los tepuyes de los años 50”, expresó.

Clavijo aseveró que el MIZA es necesario, porque documenta la biodiversidad de Venezuela y de otras partes del mundo como Europa, Sudamérica y África. Además, que son fuentes de referencia para plagas de importancia agrícola, vectores de enfermedades, entre otras.

“La colección de chipos nuestra es inmensa. Hay animales que son polinizadores. Las colecciones biológicas ayudan a documentar esa biodiversidad. Nosotros analizando tejidos de insectos de los años 50 podemos saber la cantidad de metales pesados que había en esa época”, resaltó.

El museo tiene más de 3.5 millones de ejemplares

DÉFICIT DE INVESTIGADORES

El especialista destacó que es grave que haya un déficit de investigadores, ya que durante muchos años el MIZA fue fuente de empleo para la mayoría de los profesionales.

“Esperemos que vengan personas y se mantenga la matrícula, pero en estos momentos la asignatura de Entomología, que tiene que ver con los estudios de insectos, tiene entre 29 y 30 estudiantes, cuando llegó a ser un grupo de 200 alumnos. Eso significa que vamos a tener menos personas para a hacer tesis. Eso ocurre en todas las universidades”, recalcó.

 

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