|| César Méndez Campero
Los Tiburones de La Guaira han arrasado después de recorrer tres cuartos del camino en el Round Robin de la temporada 23-24 y con record de 10 ganados por 1 perdido, aseguraron su boleto en la Gran Final a falta de seis juegos por disputar.
Parece que ha sido muy fácil llegar hasta ahí, pero no lo fue. Los escualos tuvieron una campaña regular llena de altibajos y momentos turbulentos, que incluyeron cambios en las oficinas, en el cuerpo técnico y en el roster.
Al conjunto escualo no le funcionaron Los importados (como a la mayoría de los equipos de la liga) se han mantenido activos en ese sentido y lograron contratar figuras determinantes como Yasiel Puig o Ariel Miranda.
La directiva reemplazó a César Collins en la gerencia general y en su lugar colocó a Alberto Díaz, quién encabeza un grupo multidisciplinario que luego nombró a Luis Sojo como gerente deportivo.
Vía cambio con los Tigres de Aragua obtuvieron a los lanzadores Pedro Rodríguez y Ángel Padrón junto al infielder Carlos Rivero, aunque tuvieron que entregar entre otros a Ángel Aguilar y Keyber Rodríguez.
También designaron al exgrandeliga Carlos Zambrano como instructor de lanzadores en lugar de Dernier Orozco. Aunque la experiencia del “Toro” como técnico era casi nula, su trabajo ha sido notable. En la semifinal, el mejor picheo colectivo y el bullpen más efectivo es el de los salados.
La salida del manager Edgardo Alfonzo, al igual que la de Collins no estuvo exenta de polémica, pero le siguió otro movimiento clave: Convencieron a Oswaldo Guillén para regresar a dirigir al equipo de sus amores. Los resultados son evidentes: El tuyero amalgamó un grupo compacto, fomentó la actitud ganadora, fortaleció la unión, acrecentó el compromiso y le ha dado tiempo de juego a la mayoría de los peloteros de los que dispone.
Luego, “Ozzie” estructuró un bullpen que se solidificó como piedra en el Round Robin, fase en la que han tenido que lidiar con algunas lesiones en la rotación, pero han logrado resolver con el magallanero Luis Ramírez, como sustitución de emergencia, por ejemplo.
Igualmente, la selección de Luis Torrens como adición en el draft, resultó de sumo éxito dadas las falencias que tuvieron en la receptoría durante la ronda regular, en especial hacia el final. El añadido especial fue que el naviero explotó con el madero y ha sido importante en la producción de carreras.
Que hubo ruido, críticas, polémicas, malestar? Sí. Qué cuestionamos algunas decisiones? Sí. Pero ya los litoralenses dieron el siguiente paso rumbo al anhelado título que pueda romper la sequía.
En los análisis que hicimos previos al Round Robin, sostuvimos que con esa demoledora ofensiva, a La Guaira le bastaba con aplicar aquella estrategia de Caribes de Anzoátegui, consistente en reunir un grupo de escopeteros cumplidores capaces de mantener a raya a los rivales, mientras los bates hacían su trabajo. La realidad es que el staff de lanzadores guairistas no es cumplidor, es el más eficiente de esta fase y ha sido factor de éxito.
Cómo cierre, no se puede dejar de mencionar la profundidad de la banca escuala y su elevada capacidad de éxito en otras facetas del juego: Defensa y velocidad. El equipo se ve sólido, compacto y balanceado. Son el rival a vencer.