En el Paris de 1899, un tribunal arbitral, con Estados Unidos en representación de Venezuela, por una parte y el Reino Unido, en posesión de la colonia de Guayana Británica, actual República Cooperativa de Guyana, por la otra, resolvió la disputa sobre la frontera al oeste de la colonia británica y el este de la independiente Venezuela, arrebatándole a nuestro país la Guayana Esequiba. Fueron y son 159.500 km² despojados. Acoto que las aspiraciones del Reino Unido eran mayores al reclamar hasta las bocas del río Orinoco y controlar su navegación.
Ni Ignacio Andrade en las postrimerías de su mandato, ni Cipriano Castro, ni Juan Vicente Gómez, ni Eleazar López Contreras, ni Isaías Medina Angarita, hicieron nada por la recuperación del inmenso territorio, correspondiendo al joven Betancourt, fundador de Acción Democrática, como Presidente de la Junta Revolucionaria de Gobierno, en 1945, iniciar el proceso que culminó en 1966 con el Tratado de Ginebra, en el gobierno del militante adeco Raúl Leoni, por medio del cual se logró la nulidad del irrito laudo arbitral de París.
Comenzaron entonces complejas negociaciones que lamentablemente en junio de 1970, con el llamado Protocolo de Puerto España entre Venezuela, Guyana e Inglaterra, fueron congeladas durante un largo plazo. El protocolo firmado, con la opinión en contra de Acción Democrática que no votó en el Congreso de entonces su ratificación, establecía que “no se haría valer ninguna reclamación que surja de la contención del artículo 1° del Acuerdo de Ginebra y se suspendería el funcionamiento de dicho acuerdo”.
Finalizado el plazo de congelamiento, con Jaime Lusinchi se activó nuevamente el reclamo por el territorio usurpado que a la fecha espera por la delimitación.
No delimitados los espacios terrestres tampoco lo están los marinos. La delimitación marítima seguirá a la terrestre en un principio elemental del derecho internacional del mar.
Meses atrás, en un acto abiertamente inamistoso, abusivo, ilegal, Guyana abrió a licitación para la exploración y explotación de catorce bloques; tres en aguas profundas y once en aguas someras. Expertos estiman que están en juego 25 mil millones de barriles equivalentes de petróleo.
Son tierras, son mares, son cuantiosas riquezas las que están en juego, es el legado de generaciones que bajo ninguna circunstancia podemos dejar de defender.
El referendo consultivo convocado para el 3 de diciembre es un referendo por Venezuela. Que todos los que nos duela este hermoso país, nuestro país, acudamos ese dia a votar cinco veces sí.
¡Unidos por el Esequibo. Defendamos lo nuestro!
