Científico de la Universidad Central de Venezuela (UCV) trabajan en un proyecto de desarrollo de un bioabsorbentes que se obtiene de los desechos de la planta de plátano, que podría servir como solución sostenible ante la contaminación del Lago de Maracaibo.
El bioabsorbente se utilizaría como herramienta de saneamiento de los contaminantes de la industria petrolera.
Bioabsorbentes de desechos de plátano
El estudio es adelantado por investigadores científicos del Laboratorio de Productos Naturales de la Facultad de Ciencias, Manuel Fermín, quien es doctor en Química y Profesor de la universidad, y Ray Arteaga, Lic. en Quimica y estudiante de doctorado de la UCV.
En los cultivos de plátano se cosecha el fruto, pero el vastago se desperdicia y se deja abandonado como residuo. Esta situación origina problemas ambientales, debido a la proliferación de la plaga, contaminación del suelo y del agua, y la emisión de gases de efecto invernadero.
Justamente los científicos explican que el tallo tiene un porcentaje muy elevado en celulosas, y esa materia prima suelen usarla para la fabricación de papel, textiles, bioplásticos, biocombustibles, fármacos, alimentos y otros productos de alto valor agregado.
La idea sería transformar los vastagos de plátano en celulosas.
Los bioabsorbentes de celulosa se trata de un material poroso y biodegradable, capaz de captar los iones metálicos y las moléculas orgánicas (como los hidrocarburos)
presentes en el agua y que son responsables de la contaminación. Sería una opción para mitigar uno de los principales problemas que afectan al lago de Maracaibo: la
contaminación por hidrocarburos.
Es decir, la planta tiene la capacidad de formar una especie de aerogel, que actúa como esponja que, al agregarle una sustancia como el agua es capaz de dejar pasar el agua y absorber el aceite.
De esta forma, se puede separar fácilmente el agua limpia del bioabsorbente saturado, que se puede reutilizar o desechar sin generar más residuos
Asimismo, el proyecto resulta muy relevante y con un gran impacto ambiental
positivo.
También podría reducir la huella ecológica del cultivo al evitar la quema o disposición inadecuada del residuo y al sustituir materias primas no renovables por una fuente natural y biodegradable.
Por último, el proyecto de los investigadores de la UCV se encuentra en una fase inicial y requieren financiamiento para su ejecución. Es por ello que hacen un llamado a inversionistas interesados en respaldar esta iniciativa d egran potencial económico, social y ambiental.
Con información de El Diario 2001