Una empresa estadounidense ha implantado 50 chips en el cerebro de personas. Los científicos de la compañía confían en que algún día puedan mejorar masivamente la vida de personas con parálisis, depresión y parálisis física.
El dispositivo se llama NeuroPort Array. El objetivo final del dispositivo es que las personas a las que se implante el chip puedan controlar con la mente, entre otras cosas, brazos robóticos y sillas de ruedas eléctricas.
Nathan Copeland, que sufrió un grave accidente de tráfico en 2004, es un pionero de esta tecnología, ya que recibió su implante en 2014.
Copeland sufrió una grave lesión medular, pero gracias al implante ha conseguido «retroalimentación sensorial mediante microestimulación intracortical», según el sitio web de la empresa.
Único chip trabajando en ello
Marcus Gerhardt, cofundador de la empresa, explica la importancia de este avance: «Somos la única empresa con implantes de ICB cerebral directa en humanos».
«Nuestras matrices implantables han permitido a las personas conectarse directamente a ordenadores, controlar brazos robóticos y sillas de ruedas, jugar a videojuegos e incluso recuperar la sensibilidad, sólo con sus señales cerebrales».
En cualquier caso, el implante, si se usa correctamente, puede realizar tareas muy complejas, como utilizar un ordenador o dibujar un retrato.
Al fin y al cabo, están implantando cosas en la cabeza de la gente, así que tiene que haber muchos equilibrios y controles.
«Nuestra visión a largo plazo es que nuestros implantes lleguen a estar tan al alcance de las personas con parálisis como los marcapasos lo están para las personas con problemas de corazón».
Sin duda es un campo interesante y, si se aprueba y se pone a prueba adecuadamente, podría suponer una verdadera diferencia para las personas más necesitadas.
Con información de D2001