“Desde hoy declaramos suspendida la mesa de diálogos y la agenda pactada (…) iniciaremos un proceso de consulta interna con nuestra comisión de diálogo, invitamos al Gobierno nacional a hacer lo mismo”, indicó ese grupo en un comunicado.
La negociación, que se instaló el pasado 16 de octubre e incluye un cese el fuego bilateral, fue suspendida porque, según la guerrilla, “el incumplimiento ha sido total” por parte del Estado a los compromisos asumidos.
“Dentro de los acuerdos, las partes nos hemos comprometido a adoptar acciones que permitan que las comunidades desarrollen su diario vivir en paz y tranquilidad (…) esos compromisos los hemos cumplido desde nuestra organización, pero del otro, el Estado, el incumplimiento ha sido total”, indicó el grupo armado en un comunicado.
En este, indicaron que “los militares deberían salir de las zonas como fue el compromiso, sin embargo la respuesta ha sido incrementar el pie de fuerza”, y esto denota “un total incumplimiento de cada acuerdo, de cada protocolo y de cada compromiso discutido adoptado y firmado, evidenciando una falta de seriedad con las partes en la mesa de diálogo”.
“Declaramos que las FARC-EP estamos en total disposición de sentarnos en cualquier sitio del territorio nacional, en la fecha y hora que acordemos, con el fin de continuar los diálogos, que nos aproximen a lograr el objetivo principal de la paz total”, agregaron.
Pero también advirtieron que “solo será posible reanudar las conversaciones si existe la creación de un documento donde el Estado se comprometa con el cumplimiento e cada uno de los acuerdos, de los decretos, de los protocolos”.
El EMC y el Gobierno han tratado varias veces de instalar unas negociaciones de paz llenas de tensión y encontronazos, también acordaron un cese el fuego bilateral que se extendió durante los primeros seis meses del año pero que el Gobierno suspendió en cuatro departamentos colombianos después de que la guerilla matara a unos menores indígenas que había reclutado previamente.
El pasado octubre celebraron un acto en Tibú, en el departamento de Norte de Santander, donde estaba previsto que se instalara la mesa de diálogo oficialmente y un cese el fuego de 10 meses. Sin embargo, los rifirrares obligaron a postergar la instalación y el arranque del cese de hostilidades una semana.
En este contexto, el 16 de octubre se anunció el ansiado inicio de los diálogos que ahora se suspendió.
“Por el bien de Colombia esperamos podamos superar esta crisis”, concluyó el EMC en su comunicado.