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domingo 28, abril 2024

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El Periodiquito conmemora el 8 de marzo bajo el lema “¡Mujer! el amor no duele

Redacción El Periodiquito / Agencias Internacionales  

*** Hoy se conmemora el Día Internacional de la Mujer, una fecha con un historial de lucha y tragedia que se mantiene para la reflexión

“Calladitas las mujeres se ven más bonitas”. Esta, como algunas otras frases, se han repetido de generación en generación, creando una cultura en la que el hombre se fortalecía en el llamado “sexo débil”.

De acuerdo con Claudio Tzompantzi Miguel, psicólogo académico, el machismo es algo que los hombres aprenden desde pequeños sin cuestionarse, “algo que hemos naturalizado”.

Aunque actualmente, muchos de estos paradigmas han sido cambiados, Las mujeres siguen viviendo violencia en las calles; sus cuerpos son vulnerados y los piropos se convierten en acoso. La mayor forma de violencia que sufren son los feminicidios, y así lo demuestran las estadísticas.

El pasado mes de enero, en Venezuela se registró un aumento de la muerte de mujeres en manos de parejas o excompañeros sentimentales, en 30 días se contabilizaron al menos 20 de estos hechos, en los que el común detonante, fue la decisión por parte de la mujer a terminar la relación, lo que no fue aceptado por la otra parte y por ello, pagó con su vida.

Para frenar este tipo de situaciones, se levantan campañas en pro del amor propio de cada dama y de forma unánime se busca derribar ideas antiguas para que la mujer entienda que no es débil y su opinión es tan valedera como la de los caballeros.

El Periodiquito se une a las voces que se elevan en pro de un mundo más humanizado y respetuoso entre todos, que ni una mujer más muera por ser mujer, sino que se respete como cualquier ser humano y se reivindique como ser creador y formador.

Por eso, desde esta casa editorial se diseñò una campaña denominada: ¡Mujer! el amor no duele! No hay por qué buscar “medias mitades”, porque son tan completas como los hombres. El matrimonio no es el fin de los sueños, sino que debe convertirse en un incentivo más para empoderarse en la sociedad.

En nombre del amor, las mujeres no deben decidir abandonar sus sueños al formar una familia, porque hay que entender que el “sacrificio” duele y termina en frustración. Las mujeres actuales entienden que pueden se esposas y madres, al tiempo que exitosas en las áreas en las que decidan emprender.

UNA LUCHA DE AÑOS

Es difícil contar una historia cuando quienes describieron los hechos fueron hombres que optaron por soslayar el grado de participación femenina. Pero, los historiadores posteriores supieron leer los acontecimientos y trajeron a la luz los primeros eslabones de la lucha de las mujeres por el reconocimiento de sus derechos.

A través del tiempo, las femeninas lucharon por tener igual capacidad y derechos que los hombres. Llamándose o no a sí mismas como feministas, con el paso del tiempo fueron dando los primeros pasos para la conformación del movimiento.

Fue en la Revolución Francesa cuando las mujeres europeas comenzaron a tomar el estandarte de los reclamos por la igualdad social y marcharon en Versalles bajo el lema “libertad, igualdad y fraternidad”. En sus trabajos la diferencia de género era fatal: cobraban la mitad que los hombres simplemente por ser mujeres.

Esos años fueron los cimientos de los reclamos por los derechos políticos que las consagraron como ciudadanas. Un importante logro fue la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana redactada por Olympe de Gouges en 1791. Éste es uno de los primeros documentos históricos que propone la igualdad de derechos o equiparación jurídica y legal, y derecho a votar.

Fue recién a mediados del siglo XIX cuando se reivindicó a las mujeres en posición de igualdad que devino en el ingreso al movimiento obrero. La organización ya estaba de pie y los reclamos tomaron más fuerza: “basta de opresión laboral, familiar y social”, empezaba a escucharse con fuerza.

CELEBRACIÓN HISTÓRICA 

El 8 de marzo de 1857 cientos de trabajadoras de una fábrica textil de Nueva York marcharon para protestar contra las pésimas condiciones en las que trabajaban y por sus bajos salarios (eran, al menos, la mitad de lo que ganaban los hombres, aunque ambos padecían condiciones infrahumanas).

El reclamo legítimo terminó con las balas: en el intento por dispersarlas, la policía mató a 129 mujeres que, lejos de dejarse amedrentar, dos años después fundaron su primer sindicato, el International Ladies´Garment Workers Union (ILGWU).

Medio siglo después, en 1908, el Partido Socialista de los Estados Unidos celebró y consagró el Día Nacional de la Mujer el 28 de febrero de 1908. Ese día las protestas en las calles sucedían bajo el lema “Pan y Rosas” (el pan simbolizaba la seguridad y la rosa la calidad de vida).

En 1910 llegó con cambios significativos: la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reunidas en Copenhague en la que se reiteró el derecho femenino al voto y se proclamó por voto unánime el 8 de marzo (se cree que se eligió la fecha por caer en ese año domingo). Siguió la movilización mencionada más arriba y luego la fatalidad en la fábrica de camisas.

Tras el incendio las mujeres se pusieron de pie para no sentarse jamás: el ILGWU (International Ladies´Garment Workers Union) y el sindicato Women’s Trade Union League organizaron protestas en contra al siniestro que costó la vida de las trabajadoras textiles, entre ellos una marcha silenciosa que reunió a más de 100 mil personas.

En la Asamblea General del 2 de julio de 2010, la ONU creó ONU Mujeres, una entidad para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer cuya primera conmemoración fue el 8 de marzo de 2011 en el centenario del incendio de la fábrica de camisas.

 

 

 

 

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