Dejar de consumir vitamina B12 no es recomendable. Esta vitamina solo se encuentra en productos de origen animal como carne, pescado, huevos, leche y sus derivados. Se absorbe en la parte final del intestino y se comienza a ver una deficiencia en las personas con dietas restrictivas.
También pueden tener déficit los pacientes de enfermedades como gastritis crónica atrófica o la ausencia parcial o total de estómago luego de alguna operación. Los pacientes con enfermedad de Crohn y otros problemas intestinales también pueden padecer deficiencia de vitamina B12.
La anemia por deficiencia de vitamina B12 es un conteo bajo de glóbulos rojos debido a la deficiencia de dicha vitamina, pues el cuerpo la necesita para producir glóbulos rojos. Para conseguirla hay que consumir carne de vaca y de pollo, mariscos, huevos, leche o yogurt.
Hay tratamientos que deben ser recetados por un médico o un gastroenterólogo especialista, en los que se aplican varias inyecciones seguidas al principio para así recuperar. Posteriormente se pone una inyección intramuscular por mes.
Cómo combatir niveles bajos de vitamina B12
Esta deficiencia no produce síntomas, por eso es importante realizarse los chequeos clínicos anuales con el médico de cabecera para chequear que no haya una situación de anemia en el organismo.
Si el paciente ya está en una situación de alta deficiencia, sí se pueden observar síntomas de anemia, diarrea, estreñimiento, fatiga, falta de energía o mareo al pararse o hacer esfuerzo, pérdida del apetito, piel pálida, irritabilidad o problemas de concentración.
También pueden ocurrir alteraciones emocionales y de comportamiento como falta de memoria, irritabilidad o cambios en el carácter. El tratamiento que puede recibir una persona que presenta en un análisis de sangre deficiencia de vitamina B12 o anemia consiste básicamente en administrarle esta vitamina.
En el caso de las personas que tienen una dieta restrictiva, deben consumir al menos lácteos y huevos, y de ser posible algo de carne.
