La resolución que Rusia presentó este lunes en el Consejo de Seguridad para pedir un alto el fuego humanitario e inmediato en Gaza no reunió los votos necesarios y no pudo ser aprobada.
Este ha sido el primer intento fallido de consensuar una resolución de la comunidad internacional para frenar el conflicto entre Israel y el movimiento islamista Hamás desde que este último lanzara un ataque sin precedentes el pasado 7 de octubre y a ello le siguiera un bombardeo masivo de la franja de Gaza.
La resolución sólo logró cinco votos favorables (entre ellos el de China), lejos de los nueve necesarios para cualquier resolución, y además los tres países occidentales con derecho de veto (Estados Unidos, Reino Unido y Francia) más Japón se opusieron, mientras que seis países se abstuvieron.
Sin embargo, 25 países habían aceptado copatrocinar el texto ruso, entre ellos numerosos estados árabes o musulmanes, como Pakistán, Turquía o Egipto.
La representante estadounidense señaló que no citar a Hamás equivalía a “dar cobertura al grupo terrorista que maltrata a inocentes” y por ello era un texto “hipócrita e indignante”.
El texto fue presentado el pasado viernes por Rusia y ha estado circulando durante todo el fin de semana entre los quince miembros; en paralelo, Brasil presentó otro texto -que sí condena a Hamás– que supuestamente será votado este martes en otra sesión especial.
Añadió que era incomprensible que el Consejo de Seguridad perdiera todavía más tiempo ante un conflicto que está inflamando toda la región y ya ha dejado miles de muertos en una sola semana.
Y así, una vez más se ha puesto de manifiesto la desunión del Consejo ante los acontecimientos más graves que sacuden el mundo, una división donde se posiciona Occidente y sus aliados por un lado y Rusia y China por otro, con gran parte de Asia, África y Latinoamérica manteniéndose al margen.