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La fuerza aérea ucraniana anunció ayer la destrucción de nueve aviones rusos de combate en grandes explosiones en una base aérea en Crimea, entre conjeturas de que fueron resultado de un ataque ucraniano que supondría una importante escalada en la guerra.
Rusia negó que ninguna aeronave hubiera sufrido daños en las explosiones del martes o que se hubiera producido ningún ataque.
Las autoridades ucranianas no llegaron a atribuirse la responsabilidad de las explosiones, aunque se burlaron de las explicaciones de Rusia sobre que la munición de la base aérea de Saki había prendido fuego de alguna forma antes de estallar, y subrayaron la importancia de la península anexionada hace ocho años por Moscú.
En su video de cada noche, difundido unas horas después de las explosiones, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, prometió retomar la península y declaró: “esta guerra rusa contra Ucrania y contra toda la Europa libre comenzó con Crimea y debe terminar con Crimea, con su liberación”.
Las autoridades rusas intentaron restar importancia el miércoles a las explosiones y dijeron que ninguno de los hoteles y playas de la península habría sufrido daños.