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Italia se prepara para una posible seguía el próximo verano, sobre todo en sus regiones norteñas por la falta de lluvias y nieve en las cordilleras de los Alpes y de los Apeninos, y el Gobierno estudiará medidas que garanticen el agua potable.
“Debemos prepararnos para otro verano crítico”, avisó ayer el responsable de la Autoridad de las Reservas de los Apeninos Centrales, Marco Casini, quien defendió “la necesidad de poner en marcha desde ya medidas que afronten posibles situaciones de crisis”.
El verano pasado Italia sufrió la peor sequía en setenta años y vio cómo su principal río, el Po, que atraviesa el norte desde los Alpes al Adriático, se secó, causando a lo largo de su caudal limitaciones hidrológicas en ciudades y campos de cultivo.
Para evitar esta situación, el Gobierno de Giorgia Meloni convocó un primer encuentro técnico el próximo 1 de marzo para estudiar futuras medidas que alivien la emergencia.
Las iniciativas tendrán en cuenta “el escaso porcentaje de recurso de agua efectivamente disponible y la necesidad de reducir los tiempos que reduzcan el despilfarro” del líquido elemento, explicó el Gobierno al anunciar la reunión anoche en un comunicado.