Monseñor Mario Moronta, arzobispo de la Diócesis de San Cristóbal, contó que desde sus inicios, el Santo Cristo de La Grita es la manifestación tallada de lo que significa el señor Jesús. “El Dios que se hizo hombre y se identifica con las alegrías, esperanzas, tristezas, problemas, a tal punto, que cuando la gente llega, va a venerar a través de la imagen y dar gracias por los favores y milagros recibidos”.
Monseñor considera que el Santo Cristo de La Grita es un gocho que se ha dado a conocer por toda Venezuela y un poco más allá. “Es una talla hecha en la aldea de Tadea (municipio Jáuregui y donde ocurrió el milagro), es algo nuestro con características de la escuela sevillana”.
Tradicionalmente hasta la llegada del Cristo, son siete rutas para la peregrinación, a lo largo de las cuales hay gente que se organiza para dar una mano amiga al peregrino, en mil gestos de solidaridad, en carro, moto, bicicleta y caminando.
El trayecto se encuentra seguro con un operativo especial de 25 puntos de atención a lo largo y ancho del recorrido. debido a las características propias por ser el dispositivo con mayor relevancia religiosa y presencia de feligreses, turistas y deportistas que van cargados de fe a observar, rezar y agradecer al Santo Cristo.
Más de 1.200 hombres, de diferentes organismos, se encuentran desplegados en las siete rutas, que parten desde: Bailadores (Mérida), Pregonero, Umuquena, García de Hevia, Michelena y la ruta principal que comprende los municipios San Cristóbal, Cárdenas, Cordero, El Cobre, La Grita, una distancia de 74,6 Kilómetros. En el recorrido a pie, los peregrinos realizan el trayecto en 16 horas como tiempo promedio. Desde el primero hasta el siete de agosto se extiende el operativo especial.