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jueves 25, abril 2024

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La realidad de los jóvenes que buscan el sustento de su hogar limpiando parabrisas

|| Yirvis Vásquez

Algunos de los infantes que se apuestan en calles y avenida de Maracay, pero residen en Mariara, estado Carabobo

Durante los últimos meses se ha visto en los semáforos de las principales calles de Maracay, capital del estado Aragua, a niños y adolescentes que buscan ganar dinero limpiando los parabrisas de los carros, a cambio de una “propina” para  llevar alimentos a sus hogares.

La mayoría de estos pequeños no estudian, otros no cuentan ni con la presencia de sus padres, sino que están al cuidado de sus abuelos u otro familiar, así lo manifestaron al conversar con algunos de los que se instalan a diario en la avenida Bermúdez de la ciudad.

Sin saber el peligro que pueden correr en la calle, estos niños y jóvenes entre 8 y 15 años, salen todas las mañana de su hogar aproximadamente a las 7:00 am hasta las 6:00 pm, hora en la que retornan.

Por lo general están en pareja, con envase de agua jabonosa y cepillo en mano, esperan la luz roja del semáforo para ofrecer su servicio. Se abstienen cuando el conductor le indica que “No”, pero otras veces lo hacen en conocimiento que no recibirán la tan anhelada “recompensa”, que en el día puede ser hasta de Bs 35.

La mayoría de ellos, ubicado en la avenida Constitución de Maracay, Av. Aragua o el Centro de Maracay, trabajan en la capital aragüeña, pero coincidieron en que provienen de Mariara, estado Carabobo. “Allá no podemos trabajar bien, nos queda más cerca venir a Maracay”.

Otro de los niños sostuvo que no le gusta lo que hace, pero debe salir hacerlo por su abuela, ya que sus padres no están en el país y debe ayudar con el sustento de su casa. Agregó que le gustaría estudiar.

La mayoría confesó que quisiera estudiar
La mayoría confesó que quisiera estudiar

QUERER VS NECESIDAD

Carlos, nombre que se utiliza para resguardar su identidad, es un niño de 11 años, confesó a El Periodiquito que hacer este tipo de trabajo no es fácil, pero es el que puede realizar por su edad, “Debo salir a trabajar para ayudar a mi mamá, si hago 5 dólares le doy cuatro a mi mamá y me quedo con uno, si hago siete le doy cinco, hay días en los que solo nos llevamos dos dólares”, precisó.

Asimismo, René, de 10 años, uno de los más pequeños del grupo de cinco niños que se apuesta en el semáforo de la Av. Constitución, confesó que su sueño es estudiar, pero debe apoyar a su familia con el trabajo.

Al preguntarle qué le decían sus parientes, él contestó: “No me dicen nada, solo las gracias y les doy el dinero para que compren comida,  si no salgo a trabajar qué comemos”.

AUTORIDADES BUSCAN SOLUCIÓN

Mary Boyer, directora estadal del Idenna y presidenta del Cmdnna en Girardot, refirió que estos casos se están caracterizando.

“Nosotros tenemos que evitar el riesgo y vulneración de los niños en situación de calle, estamos haciendo un trabajo en conjunto con sus familiares, si hay una reincidencia los padres deben ser presentados ante el Ministerio Público”.

Agregó que en Aragua se organiza un programa de atención integral por parte de la Gobernadora Karina Carpio, en el que los niños puedan desarrollarse acorde a su edad, pero ya se está haciendo programando todo el abordaje con estos pequeños.

De igual manera la gobernadora de Aragua, Karina Carpio desde que llegó al mandato ha sido muy enfática en hacer un gobierno más humano, al punto que en sus discursos exhorta a la ciudadanía a que “cuando vean un niño en la calle y se les acerque a su carro no le suban los vidrios, sino conozcan la realidad de ese pequeño”.

“Nosotros debemos tener confianza en ellos y ellos deben tener confianza en nosotros. Estos jóvenes  pueden ser los futuros medallista”, dijo la gobernadora en un vídeo colgado en sus redes el pasado 18 de febrero, en compañía de cuatro jóvenes que fueron rescatados de la calle, sumando para ese momento un total de once.

Cada luz roja del semáforo es una oportunidad para obtener una propina
Cada luz roja del semáforo es una oportunidad para obtener una propina

DESDE LA EDUCACIÓN

Carlos Rodríguez, docente, indicó que esta situación es inaceptable, frente a la evolución tecnológica y los distintos avances en los sectores de la sociedad.

Precisó que sí es cierto que en muchos casos, estos pequeños no están bajo el resguardo de sus padres, sino al cuidado de hermanos, tíos, abuelos e incluso hermanos, pero “la familia debe más allá de ser una disposición legal, desde lo humano comprender que debe abocarse a que su infancia se desarrolle en un ambiente cordial, ameno donde sus responsabilidades estén dirigidas a sus estudios y otras actividades propias de la edad. Un niño que vive cada etapa de su vida de manera plena, será un adulto comprometido consigo mismo y con la sociedad”.

Sostuvo que tener hijos es una responsabilidad que no caduca, y por tanto los padres, madres y representantes, deben ocupar su atención en garantizarles un desarrollo emocional, físico e intelectual, lo más óptimo posible.

UN PROBLEMA DE RAÍCES PROFUNDAS

En conversación con la sociólogo Ana de Abreu, explicó que se está frente a un fenómeno, hecho problema o situación social, producto del sistema que se vive.

Precisó que son consecuencias o productos concretos de la organización social existente y del modo de vida que evade el fortalecimiento de los valores y compromisos frente a una familia y al entorno.

“Muchas veces deshumanizamos la realidad. Cuando observamos a estos niños y adolescentes que trabajan en los semáforos limpiando vidrios, nos  remitimos a ese instrumental que tengo en mi cabeza y trato de evaluar lo que veo. Si no estoy formado para entender ese entorno, lo juzgo con todo ese contenido moral que yace en mi conciencia e inconsciencia, lo que me lleva a actuar con un espíritu moralizador (antihumano), sentenciándolos como personas fracasadas, que vienen de familias fracasadas” y no es exactamente así, según la especialista.

De Abreu resaltó que aunque muchos intentan “solucionar” sacando a ese joven de la calle, el problema tiene raíces más profundas que deben atenderse.

“Tendríamos que ver qué tanto se quiere resolver, si es solo apariencia o trascender en la organización social, lo que es una tarea que lleva tiempo y requiere del esfuerzo del conglomerado social”.

Resaltó que los problemas sociales no los resuelve el Gobierno. “Son atendidos pero no se resuelven, porque son expresión de la formación social en la que vivimos”.

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