La agencia espacial rusa, Roscosmos, descartó hoy una amenaza para la vida de la tripulación de la Estación Espacial Internacional (EEI) debido a los daños en el casco exterior de la nave Soyuz MS-22 acoplada a la plataforma orbital.
«La temperatura media abordo de toda la nave oscila entre los 28 y los 30 grados, sin rebasar los límites permitidos. Nada amenaza la seguridad y bienestar de la tripulación», informó Roscosmos en un comunicado.
Roscosmos negó las informaciones en medios rusos de que la temperatura se hubiera disparado por encima de los 50 grados y precisó que las condiciones en la Soyuz son mantenidas por los equipos del segmento ruso de la EEI.
Según informó el viernes la NASA, los especialistas rusos han realizado pruebas en la Soyuz que demuestran que el motor está en perfecto estado.
Una fuga en el sistema de refrigeración externa de la Soyuz MS-22 obligó a cancelar la caminata espacial que tenían previsto realizar el jueves los cosmonautas rusos Serguéi Prokopiev y Dmitri Petelin.
Los tripulantes del segmento ruso de la EEI comunicaron al centro de control en tierra que un sensor indicaba que había caído la presión en el sistema de refrigeración del casco de la Soyuz, lo que indicaba una fuga, que fue «confirmada visualmente».
La cosmonauta rusa Anna Kíkina, indicó Roscosmos, tomó fotografías y grabó vídeos del casco de la Soyuz con una cámara instalada en un brazo robótico instalado en el módulo Naúka.
Los daños se produjeron en el casco del segmento de equipos y propulsores de la Soyuz, que está compuesta además por el módulo de descenso y compartimento de trabajo y descanso.
El pasado 25 de noviembre ya se tuvo que cancelar la caminata espacial de Prokofiev y Petelin por un problema con una de las escafandras.
A mediados de agosto el cosmonauta ruso Oleg Artémiev también regresó antes de lo previsto a la EEI debido a los problemas que tuvo con su escafandra durante una actividad extravehicular.
EFE