Comer lechosa todos los días es altamente beneficiosa para la salud tanto de niños como de adultos, pues aporta vitaminas y minerales que el cuerpo necesita.
Esta es una fruta compuesta principalmente por agua, hidratos de carbono y papaína, una enzima que ayuda a digerir las proteínas.
Este es un alimento reconocido por sus cualidades médico intestinales, por su aporte de vitamina A y C, y sus propiedades curativas.
Un estudio de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, descubrió que este es un fruto rico en PQQ, un antioxidante que ayuda a prevenir la enfermedad del hígado graso.
Según el estudio, el compuesto PQQ tiene el poder de impedir la progresión de la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Esto se debe a que esta sustancia es capaz de ayudar a proteger el cuerpo contra los radicales libres, moléculas que pueden dañar el ADN y otros componentes celulares.
Por tanto, comer lechosa ayuda a desintoxicar y depurar el organismo, en especial el aparato digestivo. ¿Cómo consumirla? La recomendación es comer la fruta entera o preparar batidos en los que puedas incluso licuar las semillas, pues son altamente beneficiosas en el proceso desintoxicante del organismo.